En el equipo de los martes, perdimos contra los primeros. Bueno, o eso se comentó en el vestuario: que nuestros rivales lideraban la clasificación. En cierto sentido, fue una derrota digna. La evolución del marcador, 1-0, 1-4 y 3-4 antes de encajar el 3-5 final, indica que les creamos ciertos problemas a los líderes. Pero mis compañeros, al final del partido, estaban demasiado satisfechos para mi gusto. No somos capaces de mantener la posesión del balón. Somos imprecisos en el pase y lentos en los controles. No jugamos sin balón para ofrecer buenos pases a nuestros compañeros. Cuando nos acercamos a un solo gol de los rivales, fue porque éstos se confiaron tras el 1-4, descuidaron toda precaución defensiva y arriesgaron absurdamente algunos pases desde su defensa.
En todo caso, hubo más dignidad en esa derrota que en el empate del lunes. Casi me alegro de que este próximo lunes sea jornada de descanso para mi equipo.
Recién vuelto a casa y ya de mudanza
Hace 12 años
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