Como comenté el viernes pasado, en alguna ocasión me ha tocado hacerme cargo de un equipo. Escarmentado por lo que había visto que solía pasar en muchos de aquellos en los que había participado sólo como jugador (gente que desaparece a mitad de temporada; otros a los que hay que perseguir para que vayan pagando los partidos; los que, según cómo les venga en gana, acuden al partido o no lo hacen...), decidí imponer claramente desde el principio unas normas de funcionamiento básico innegociables: o las aceptas o no te apuntes a mi equipo, gracias. Me han ido razonablemente bien un par de temporadas, aunque en ésta, en un equipo distinto, la cosa está yendo... ¿se puede decir "como el culo" en un blog? De todas formas, el problema ha estado en no saber imponerme personalmente, no en las reglas en sí. Por si le sirven a alguien, allá van:
- Busca 10 personas que tengan sentido del compromiso y acepten acudir a todos los partidos de la temporada (bueno, yo buscaba a 9, que el décimo ya era yo). Serán los fijos.
- Cada uno de los fijos ha de comprometerse a abonar, antes del inicio de la competición, un 10% del total de gastos previstos: inscripción, fianza, partidos, balones, equipajes (si procede) y un pequeño margen para imprevistos.
- Tú has de comprometerte a cerrar cuentas al final de la temporada y devolver equitativamente entre los fijos el saldo remanente (típicamente, fianza más margen no consumido).
- Deja claro cuál será la política de pago de sanciones (tarjetas). Por ejemplo: cada cual paga las sanciones que comete. O bien: la primera tarjeta amarilla de cada jugador sale del fondo común para imprevistos y, por lo que respecta a las demás, el que la hace la paga. Lo que sea, que quede claro desde el principio.
- Busca unas cuantas personas más (los sustitutos) a las que les guste jugar y suelan tener bastante disponibilidad pero que, por lo que sea, no puedan o no quieran comprometerse a ser parte de los fijos. Entre ellas, uno o dos porteros. Pídeles permiso para distribuir sus teléfonos entre los fijos.
- Antes de comenzar la competición, o en la primera jornada, distribuye a todos tus compañeros fijos dos cosas: el calendario completo del equipo en la competición y los teléfonos de los sustitutos. Si no os conocéis todos, indica en el listado de sustitutos la posición habitual de cada uno (portero, defensa o ataque).
- Cuando un fijo, por causas de fuerza mayor, no pueda acudir a alguno de los partidos, no tiene que llamarte a ti: tiene que buscar quien le reemplace, empezando por la lista de sustitutos.
- Los sustitutos que vayan a jugar a un partido te están haciendo un favor: por tanto, no se les debería cobrar nada... ¡Ya lo han pagado lo fijos!
Obviamente, este sistema admite variantes. Quizá tres cambios te parezcan demasiados cambios para un partido. Pues ya sabes: sed sólo 9 fijos y reparte entre 9 los gastos previstos. De todas formas, hay una solución intermedia entre 9 y 10:
- Los fijos son 10.
- Cuando un fijo no vaya a poder acudir a un partido, primero te avisa a ti.
- Para cada partido, el primero que te avisa (y sólo el primero) queda exento de buscarse sustituto: en ese partido, sólo habrá dos cambios.
Finalmente, el fracaso de mi gestión esta temporada es lo que me lleva a añadir una regla adicional, importantísima:
De ninguna manera se te ocurra hacerte cargo de la organización de un equipo si éste va a conservar un núcleo de jugadores de la temporada anterior, con sus propias inercias, y tu anterior posición en el equipo, desde un punto de vista "social", era marginal más que de liderazgo.
Os podéis hacer una idea de mis problemas esta temporada, ¿no? Pues eso...
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